Disgrafía

¿Qué es una disgrafía?

Una disgrafía es un trastorno de la escritura que afecta a la agilidad, la legibilidad o la rapidez, sin que ningún déficit neurológico o intelectual explique dicha deficiencia (J. De Ajuriaguerra).

Una falta de madurez en el esquema corporal o un problema en la elección de la mano escritora, así como la asociación a la dislexia, disortografía, o a trastornos de atención, hiperactividad, y otros, son también causas de disgrafía.

A su vez, la disgrafía es frecuentemente causa de ansiedad en el niño y en el adolescente cuando se les pide que se apliquen y no lo consiguen.


Es conveniente saber que...

No todos los disgráficos escriben mal. Algunos niños que tienen disgrafías escriben muy bien. Se aplican mucho al escribir y escriben con desesperada lentitud, sin posibilidad de acelerar. Nadie repara en ello porque el niño es aplicado, y por lo tanto puede sufrir problemas escolares ligados a su lentitud y a la sobrecarga cognitiva.

No todos los niños disgráficos escriben lentamente. Algunos tienen una escritura rápida, incluso muy rápida, porque en su impulsividad no controlan su gesto y su escritura puede ser ilegible.

Cuando el niño posee una gran capacidad para los estudios, puede ocurrir que la cabeza funcione demasiado deprisa, pero la mano no pueda seguirla: la evaluación grafomotora puede corroborar las posibilidades del niño y una intervención en su escritura ayudarle en su desarrollo grafomotor.


¿Cómo solucionarlo?

Pensar en que el problema va a arreglarse solo con el tiempo es un error, los problemas de la escritura, así como las disgrafías, pueden ser reeducados.

No es necesario escribir perfectamente para triunfar en la vida, pero es importante saber que hay niños que sufren por esto. A lo largo de su vida escolar, a veces se les reprochará lo mal que escriben, e incluso se les puede tratar de vagos o de incapaces, lo que incidirá en su autoestima y puede poner en peligro la continuidad de los estudios.


Escritura 1

Pedro, 9 años, torpeza general del gesto acorde a la edad del niño. Las líneas fluctúan sobre el papel llegando a romperse. Las palabras bailan sobre la línea.

Escritura 2

Sandra, 9 años, claro adelantamiento en la evolución, usa la letra script más típica de la adolescencia. Dificultad para sincronizar la velocidad de la mano con las órdenes que le envía su cerebro.

Escritura 3

Antonio, 11 años, escritura lenta que busca la precisión, el movimiento se ve frenado por la dificultad en las uniones.

Escritura 4

Javier, 14 años, torpeza en la ejecución, ilegible, hay muchos retoques y la impresión general es de precipitación en el trazado.

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